En noviembre del año pasado buscaba desesperadamente, y a última hora, un destino playero para las vacaciones. Por muchos factores no podíamos decidir antes y a esas alturas los tradicionales destinos internacionales que salen desde Venezuela como Aruba, Curazao, Cancún y Punta Cana ya estaban copados.
Tanto buscar por internet nos encontramos con Grenada. Una pequeña isla al noreste de la costa de Venezuela y al norte de Trinidad y Tobago. Es un país independiente de la Mancomunidad Británica de Naciones. Destino recomendado para unas vacaciones relajantes; para esos días que solo queremos respirar mar y disfrutar del calor tropical y la vida natural sin pretensiones.
Destino internacional
A la isla se llega con vuelos frecuentes desde el Reino Unido, Canadá, Alemania y Estados Unidos. Aerolíneas como Air Canada, America Eagle, Virgen Atlatic, Caribbean Airways, Air Jamaica, LIAT, Condor y desde Isla Margarita, Venezuela viaja Conviasa.
El novio y yo viajamos en este último. Un vuelo de apenas 40 minutos de ida y 30 para el regreso con boletos económicos que pueden ser cancelados en bolívares.
Welcome to Grenada
Desde que llegas la amabilidad de la gente te hace sentir bien. En su inglés y su inglés creole te reciben con cariño y paciencia con los no angloparlantes.
Es fácil encontrar información porque hay oficinas de turismo y folletos en varios idiomas en el aeropuerto y los hoteles. Y si aún así quieren preguntar no se hacen problema en darte detalles.
En la isla tiene su moneda, el EC dólar que vale 2,7 USD, pero los dólares americanos son aceptados sin ningún inconveniente desde taxis hasta supermercados.
Nuestro hotel
Punto a favor. Qué bueno saber que se escoge bien cuando internet es la única referencia. Seleccionamos en el Flamboyant Grenada una habitación vista al mar. La mejor ubicación la tiene este hotel. Justo a lo alto de Grand Anse Bay pero con un acceso desde las instalaciones a la playa.
Desde la habitación se ve el mar y parte de Saint Georges, con solo bajar pueden caminar de punta a punta toda la playa. La gente es muy amable y dispuesta a resolver tus dudas.
Como nuestro plan era de luna de miel al mencionarle a la chica de recepción nos hicieron llegar una botella de vino y una tarjetica a nuestra habitación.
Cosas que hacer
Leer y conocer la experiencia de otros viajeros es para mí la mejor guía. Revisar blog de viajes y los comentarios en páginas de viajeros son determinantes. Esa es la razón porque la escribo. Espero que le pueda servir a alguien. Aquí les dejo el de una viajera que me sirvió de referencia.
Playa en Grand Anse Bay
Es la más grande y visitada de la isla, sin embargo nunca estará llena. Siempre hay espacios libres. No es de esas playas donde se sentirán asfixiados. Hay gente local que alquila tumbonas y sombrillas entre USD 5 o 7 pero tender la toalla bajo un árbol es posible.
Se puede caminar toda la playa y entrar en el mercado de artesanías -Lazy Days – para tomar una Carib – cerveza local -, comer pescado o comprar algún recuerdito.
No hay problema en consumir alcohol en la playa.
Comer comida local
La “local home style” es condimentada y picante pero bien vale la pena probar. Aunque la encuentras en muchas partes decidimos hacer una degustación en Patrick’s, un restaurant muy casero ubicado en Lagoon Rd a la entrada de St George’s. Por EC$ 120, incluyendo 4 cervezas, disfrutas varias tapas de lo más representativo: cerdo en salsa de jengibre, cabrito en salsa creole, la famosa sopa calalloo (crema de espinaca picante), papaya/lechoza verde en salsa de queso, vegetales picantes y mucho más donde predominan los sabores del curry, pimienta, jengibre, canela y la reina de todos los condimentos de la isla, la nuez moscada.
No es barato pero en un 1 hora pruebas de todo.
Viajar en bus
Visitar un lugar y no hacer algo que te ponga en contacto con la gente local es como no haber ido, por lo menos para mí. Viajar en bus es una manera. Los pasajes son económicos, oscilan entre EC$ 4 0 7 según el destino. Son minivan de 14 puestos, debidamente identificadas con las rutas y todas parten desde el terminal de St George’s en pleno centro.
Asegúrense de cambiar dinero y tener monedas. Usualmente tienen un guía/colector que se encarga de cobrar y a quien le dices tu destino. Si conoces tu parada puedes hacer ruido golpeando una ventana y ellos se detienen. Aunque hay paradas identificadas no tendrán problema es pararse en cualquier lado. Estilo caribeño puro.
Caminar sus calles y visitar el fuerte George
Recorrer las callecitas del centro de St George’s es tarea de contemplación; la gente haciendo sus compras, cómo se visten, cómo se gritan unos a otros para mi resulta divertido. Las mujeres son muy coquetas y lucen peinados de todo tipo y adornan mucho sus uñas.
Se puede entrar a las tiendas de suvenir buscando precios y a los pequeños centros comerciales donde hay muchas tienditas de recuerditos. También es zona Duty free y es posible conseguir licores y perfumes a precios razonables.
A los grenaditos les encanta comer en KFC, junto a Subway las únicas franquicias de la isla.
Según Smith, un lugareño quien nos acompañó a la visita del fuerte George, es la razón por la cual todos están gorditos. Ahí entré y comí y si, se vuelven locos comiendo pollo y papas fritas.
En el mismo centro está el Fort George con la mejor vista al pueblo, la bahía y el mar abierto. Vale la pena pagarle a un guía local para que cuente la historia. Ahí conocimos la historia de Maurice Bishop, asesinado por la Junta Revolucionaria comunista en 1983.
Fish Friday
En el pueblo pesquero de Goyave, a 40 min en el bus local N° 6 desde el terminal de St George’s, todos los viernes a partir de las 7 PM se realiza la gran fiesta del pescado.
Llegamos temprano así que decidimos esperar empezará la fiesta en bar Barracuda con un coctel “a day on the beach” y una Carib.
Justo a las 7 pm se arman todos los toldos, calderos y parrillas locales cada quien con su especialidad: panes de cocos, guisos y frituras de distintos pescados, plátanos fritos, pasteles de auyama/calabaza, empanadas, dedos de polenta o harina de maíz, vegetales, langostas , cocteles, rones , batidos de frutas y helados.
Aromas cruzados, música de steel band, tambores, risas, gritos, turistas y locales juntos.
Los precios son razonables y los productos muy frescos. Comí una langosta en USD 20
Para regresar a St Georg’es hay que estar pendiente porque el último transporte sale a las 9:30 pm. Después de esa hora solo en taxi.
Navegar a Carriacou
Desde Lagoon Rd, frente a la Estación de Bomberos, sale un catamarán a las 9 AM con destino a la pequeña isla Carriacou. Los tickets no son baratos y si el mar está alborotado/picado puede ser una actividad extrema. 50 minutos de navegación en una embarcación saltando, así que es preferible prevenir y tomar alguna píldora para el “seasickness” o mareo (con peligro de vómito). Gravol o Dramamine 1 hora antes y no tendrán problemas.
La mejor de la playa se llama Paradise Beach y se puede llegar en bus local desde el terminal a media cuadra del embarcadero donde llega el catamarán. Ahí hay unos 3 restaurantes muy típicos y el resto es una linda playa azul y serena, casi virgen. Ideal para relajarse y nadar.
Frente está la Isla Sandy a la cual puedes llegar cruzando en un bote que alquilan en el mismo restaurant.
A las 3:30 pm ya regresa el catamarán, así que el tiempo es muy corto pero la playa lo vale.
Visitar la destilería de ron River Antoine Estate
Una de las pocos destilerías de ron cuya maquinaria en propulsada por agua. Para llegar se toma un bus desde St George’s hasta Greenville, más de 1 hora entre montaña para cruzar la isla hacia la costa oeste.
Ahí explican el proceso de convertir caña en ron blanco y puedes visitar la fábrica y degustar sus rones de alto contenido alcohólico. Son rones de consumo local que están en Grenada desde 1785. Compré un “rum punch” que casi no me dejan pasar en el aeropuerto por llevarlo como equipaje de mano. Así que guarden sus mermeladas, especias y rones en el equipaje que facturen.
Seguramente hay muchas más actividades que hacer. Eso dependerá de cuan aventurero se quiera ser. La isla es conocida también como destino para el buceo. A pesar que lo he hecho par de veces antes en playas venezolanas, en esta oportunidad no pude por condiciones médicas pero el que quiera puede ir a ver las esculturas sumergidas. Deben ser sorprendentes.