¿Ir a la luna? ¿Viajar en el tiempo? En Argentina se puede.
En la Región del Cuyo, a 5 horas por carretera desde Mendoza y 3 desde San Juan, se encuentra el Parque Provincial ischigualasto. Es conocido también como Valle de Luna.
Más de 275 hectáreas protegidas como Patrimonio Natural de la Humanidad declarado por la Unesco en el año 2000. Una vasta geografía de alto valor científico por su origen de más de 230 millones de años.
En la ruta
Llegar allá desde San Juan resulta fácil. La ruta está en buenas condiciones, excepto los badenes que hay que transitar con precaución. Esos son pasos de agua de río algunas veces caudalosos. También ha y uno que otro animal en medio de la vía pero no hay huecos ni nada a que temer.
Decidimos hacer nuestro recorrido en auto porque hay la ventaja de disfrutar más el trayecto, hacer paradas y conocer otros lugares. El alquiler de un auto promedio puede ser de $300 diarios (USD 70). Mientras un tour tomado desde Valle Fértil, que es el pueblo más grande cerca del parque, saldría en $150 por persona (USD 35).
Salimos desde San Juan un sábado de los sofocantes días de enero del verano estival, ya cerca de las 9 de la mañana. La idea era llegar en la tarde al Valle de la Luna y aprovechar el atardecer cuando está más fresco y la luz favorece más para las fotografías. Sin embargo, no contábamos con esas variantes que solo la naturaleza maneja. El día anterior hubo tormenta y bajo esas condiciones no se abre el parque a los visitantes.
De eso nos enteramos en Valle Fértil porque decidimos entrar a la oficina de turismo para peguntar cómo avanzar. Así que esa sería la primera recomendación antes de visitar un parque: verificar la posibilidad de visitarlo egún las condiciones atmosféricas inmediatas.
Si van con tiempo es interesante parar en el Santuario Difunta Correa y en la población de Astica.
Dormir en Valle Fértil
La oferta es para la categoría turista; hostales, cabañas, hoteles y eco hoteles. Depende la cantidad de personas del grupo sería la elección del hospedaje. Son lugares básicos, sin mayores lujos pero con lo indispensable para descansar y seguir el camino.
Esta vez seleccionamos hotel buscando un plus relacionado a la zona. Escogimos uno con buena vista; Hostería Valle Fértil. Si bien el hotel no es hermoso complace asomarse por la ventana y ver más que una calle. Miras haciaeal Dique San Agustín. El desayuno es lamentable pero quita el hambre.
Ahora justo leyendo los comentarios de otros viajeros en TripAdvisor donde suelo consultar a menudo, resulta más interesante como opción quedarse en Villa Unión, La Rioja.
Ischigualasto o lugar donde no existe la vida
Dicen que eso significa la palabra, algo como lugar de la muerte. Pero detrás de ese paisaje estéril hay una evidencia importante de vida. Se remonta casi 230 millones de años cuando habitaban dinosaurios carnívoros y grandes mamíferos, cuando existían ríos profundos y caudalosos y las tierras se vestían de verde de tanta vegetación.
Terremotos, cambios atmosféricos violentos, viento y tiempo fueron modificando el paisaje. Ahora es un gran depósito de historia. En sus rocas hay fósiles vegetales y animales. Las rocas ganaron formas y el ingenio de la gente les puso nombres.
Este parque del periodo triásico tiene valor científico, paleontológico y geológico por eso es área protegida como Patrimonio Natural de la Humanidad.
Al llegar al parque, 1 hora desde Valle Fértil, encontramos una oficina donde se reúnen a los turistas en grupos para hacer el tour. La entrada cuenta entre 30 y 50 pesos (de 6 a 12 USD) depende si eres extranjero o local y se hace en carro particular. Un guía va a la cabeza de la caravana de autos y en un transcurso de 3 horas se van haciendo paradas estratégicas para ver lo más representativo del parque.
Recorrimos así formas geológicas como la Esfinge, Cancha de bochas, el Hongo y vimos el Valle Pintado. Todas impresionan por su aparente fragilidad y uno de maravilla ante la certeza de saber que el viento se ha encargado de esculpirlas. Cancha de bochas es quizás
la formación que más increíble me pareció por la forma redonda de las piedras dispuestas tan ordenadamente. Parecen bolas hechas a mano en un material flexible.
Cada forma tiene su cuento y son el mayor atractivo turístico del parque. Ideal para muchas fotos y según dijo el guía el parque ha sido locación de algunos comerciales de tv y escenario de muchas fotos para publicidad.
Hay una formación que no pudimos conocer; el submarino. Producto de la lluvia caída la noche anterior la tierra estaba blanda y así constituye mucho riesgo.
De regreso la caravana de auto atraviesa ese desierto dejando atrás polvo y más polvo. Hay que seguir el camino hacia Talampaya, un parque nacional en La Rioja.
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